miércoles, 24 de mayo de 2017

Michel Temer: la tristeza no tiene fin...

FOTOS: REUTERS

Brasilia, esa capital del verde Brasil, creada a mediados del siglo XX , en junio de 1960 oficialmente inaugurada.
El corazón político y administrativo del gigante sudamericano. Es que la situación en ese país ha ido sufriendo escaladas de protestas en contra del presidente Michel Temer, sí, el mismo que no hace mucho tiempo encabezó y aceleró el proceso de impeachment a la ex jefa de estado Dilma Roussef.
Temer, apoyado fielmente por el también ex presidente de la Cámara de Diputados de la Nación Eduardo Cunha, quien por estos días pasa su vida en la prisión por el polémico caso mundialmente retumbante: Lava Jato, está atravesando por el peor momento de su gestión desde que ingresara a la Presidencia nada más y nada menos que por la ventana.
Porque al momento de centrar la atención en los acontecimientos de protestas y manifestaciones en su contra, debemos comprender que el sistema político brasilero no dista mucho del nefasto aparato de corrupción que nos gobierna en Argentina.
Cunha, fue quien comenzó el circo vergonzoso de ir juntando "firmas" en el Congreso para que la salida del poder de Dilma fuera lo más rápido posible. La paradoja aquí es que Dilma está en libertad y tras las rejas vive su querellante.
Es que la presión de colocar a Temer en la jefatura del ejecutivo brasileño la hacían los poderosos medios de comunicación locales, encabezados por el gigante Rede O Globo y Folhia Do Sao Paulo. Aún así se deja en evidencia que éstos ya le soltaron la mano a Temer hace rato.
El Presidente actual de Brasil permanece acorralado ante la ciudadanía, luego de que se difundieran unas filmaciones con audio que él mantuvo con Cunha, en que aparecen ambos servidores públicos hablando de dádivas o coimas o cohecho, referentes a la empresa frigorífica británica TBS, en relación a la hoy llamada Operación Carne Podrida.
El tiro le salió por la culata a estos funcionarios, pero más no se podía esperar de Temer, solamente le facilitaron el camino al poder para que llevara a cabo algunas reformas, que de manera irónica me permito decirlo. Una de ellas es a nivel laboral, la Terciarización, que es ya una ley aprobada y que echa por tierra tantas décadas de luchas y conquistas de parte del pueblo trabajador brasileño. Una ley que se supone creará mayores puestos laborales, terminará según expertos, en una precarización atroz en cuanto a las igualdades de condiciones entre empleador y trabajador al momento de sentarse ambos a firmar un contrato, ya que esta legislación No permite la intervención sindical, ni tampoco una indemnización en caso de despido, entre otros puntos.
Pero vayamos centrándonos en lo ocurrido el mediodía del miércoles 24/05, en la cual manifestantes habían copado la sede del Gobierno brasileño para exigir el final de medidas de austeridad y la dimisión inmediata del Presidente Temer. La organización Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra dio a conocer una cifra que ellos manejan en cuanto a la cantidad de asistentes, alrededor de 150 mil personas.
Las protestas comenzaron de manera pacífica y se fueron tornando más violentas al comenzar a prender fuego a los edificios del Ministerio de Agricultura y el Ministerio de Hacienda.
Las autoridades de manera rápida lograron evacuar a todos los empleados.
Las protestas también se expandieron por varias ciudades de relevancia en el territorio nacional, incluyendo Rio de Janeiro y Sao Paulo. El saldo de lo ocurrido en Brasilia: 7 detenidos y 49 heridos.
A los gritos de FORA TEMER!, el pueblo de Brasil, una vez más, salía a defender lo que tantos años les costó conseguir. Y el apoyo político al Presidente va en decadencia, eso ya es Vox Populi.
Por su parte Michel Temer insiste en su inocencia y repite cada vez con mayor frecuencia: No Voy A Renunciar.
Los terribles ajustes en todos los frentes del gobierno sólo han sido un símbolo del fracaso absoluto, ya que todas la medidas para reactivar la economía han resultado inviables u obsoletas, claro que lo son! Viejas recetas del FMI que se han puesto a prueba en toda América Latina desde hace décadas y que sembraron hambre, desolación, desempleo y la enorme transferencia de recursos desde los sectores populares hacia los que siempre tuvieron más.
Brasil llora su crisis política y económica. La situación es muy complicada.
Me recuerda a una canción de una belleza extraordinaria, de los cantautores brasileños Vinicius, Toquinho y Maria Creuza...(A Felicidade).
Donde en el comienzo reza: Tristeza nao tem fim, felicidade sim.
El Mundo sigue...girando al revés.




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